La injusticia epistémica que atraviesa nuestros cuerpos y saberes, y la forma en que la educación, al homogeneizarnos, borra nuestras diferencias y las posibilidades de otros modos de aprender, de escribir, de existir.
Gracias a todas las personas que prestaron sus cuerpos, sus trazos y su tiempo para que este manifiesto pudiera existir.
Cada gesto compartido es una forma de resistencia, de memoria y de creación colectiva.