Este ensayo nace del cuerpo, de la incomodidad de escribir con la mano “equivocada” en un sistema que exige uniformidad. Es una investigación sobre cómo la educación homogeneizadora en México moldea la escritura, reprime la diferencia y normaliza una única manera de aprender, escribir y estar en el mundo.
A través de una mirada crítica y situada, nos enfocamos en la experiencia de las personas zurdas como punto de partida para hablar de saberes silenciados, adaptaciones invisibles y resistencias cotidianas. Lo que comienza con la caligrafía se extiende a una reflexión sobre el cuerpo, la norma, la creatividad y la posibilidad de construir saberes otros.
Este proyecto no se hubiera podido haber realizado sin la ayuda de mis acesores Regina Olivares, con quien he compartido pláticas extensas de pensares e incertidumbres (siempre con un tono poético), Nicolás Pradilla, quien (con muchos dole-res de cabeza) me ha inspirado a diseñar desde la periferia, a Brian Smith, quien ha escuchado, guiado y cuestionado lo que planteábamos (siempre acompañado de risas). Gracias por compartir con generosidad y por abrirme espacio para pensar con el cuerpo, con la mano y con la duda, y a Esteban German, su acompañamiento paciente, creativo y cómplice hizo posible que esta red de gestos, trazos y corporalidades encontrara un espacio para compartirse.
A Paulina Cid de León, por ser el equipo detrás de cada actividad y taller, por acercarce a invitar y a entrevistar a personas, sin ti mi ansiedad me hubiera sobrepasado. Gracias por ayudarme siempre.
A las personas que asistieron a mis talleres y compartieron ese espacio con anécdotas y trazos, gracias por desaprender con nosotrxs.